viernes, 30 de marzo de 2018

Capituló 20

Disclaimer:Esta historia y sus personajes  no me pertenecen son de Rumiko Takahashi y la historia es de la escritora con seudónimo Sess/rin a la  que agradecemos su autorización para publicar su historia.
Buen día

Espero les agrade este capítulo es el 20

En el campamento de los rebeldes Inuyasha apenas se recuperaba de las graves heridas que había recibido tanto por parte de su hermano como de Hakudoshi, despertó algo confundido, solo recordaba fragmentos de lo que había sucedido en los días anteriores, lo primero que llegaba a su mente era la voz de Kagome quien había estado a su lado todo el tiempo, tomó su camisa y se la puso, le dolía mucho tanto el abdomen como el brazo, por la tenue luz que se filtraba entre la madera se dio cuenta de que era aún temprano, habían llegado a una de las aldeas, eso lo había escuchado también, con dificultad logró ponerse de pie, jadeó y apretó la mandíbula, cayó de nuevo al suelo el cual luego golpeó con uno de sus puños, no le gustaba estar así, sintiéndose como un débil estorbo.
“Vamos imbécil, se supone que tú eres el líder” se reprendió mentalmente y exhaló antes de usar de nuevo todas sus fuerzas para volver a pararse, en cuanto salió de aquella pequeña cabaña se vio cegado por unos segundos, definitivamente había estado inconsciente mucho tiempo pues de lo contrario no hubiera tenido tanta dificultad para adaptarse a la luz, había varios niños jugando y corriendo de un lado a otro, vio a algunos hombres cargando algunos sacos llenos de cosechas y a otros al parecer preparando armas, no lograba encontrar a Kagome con la mirada ni a ninguno de sus amigos pero si vio a Kaede.
Se acercó a la anciana y ésta se sorprendió de verlo en pie, pensaba que por el estado en que llegó le llevaría por lo menos otra semana para recuperarse, Kaede pudo notar la impaciencia en el rostro del hanyou al no ver a su hembra cerca, “Ella y los chicos tuvieron que salir” sonrió levemente y siguió atendiendo a unos pequeños tanto híbridos como humanos que le pedían algo de comer pues era hora del desayuno.
Inuyasha: A dónde fueron?
Kaede: Al parecer un grupo de ayuda que venía de América fueron atacados, unos cuantos llegaron pidiendo apoyo y ellos respondieron al llamado.
Inuyasha: No debieron irse sin decirme. *Masculló*
Kaede: No tenía caso, no estabas en condiciones de liderar.
Inuyasha: Hmph… *Hizo una mueca* Hace cuanto que se fueron? *Preguntó mientras se sentaba en la sombra de un árbol cercano*
Kaede: Se fueron desde las 4 am, pero hace unos 20 minutos un mensajero llegó para decir que estaban en camino.
Inuyasha: Bien. *Cerró los ojos*
Kaede: Deberías de descansar, aún estás algo débil.
Inuyasha: Tonterías…
Kaede: A veces eres demasiado orgulloso.
Inuyasha: No puedo darme el lujo de fallarles.
Kaede: Tampoco es necesario que cargues con tanta responsabilidad sobre tus hombros, Inuyasha, sé que sientes de alguna manera que estás en deuda con nosotros, pero no es así, los padres de Kagome eran nuestros líderes y murieron cumpliendo su deber, no fue tu culpa.
Inuyasha: Murieron al intentar protegerme, esos youkais me buscaban a mi por ordenes de Sesshoumaru.
Kaede: Contigo o sin ti, los demonios nos detestan, el enfrentamiento era inevitable.
Inuyasha: Le he fallado a Kagome de muchas maneras.
Kaede: Lo de Rin tampoco fue tu culpa, gracias a ti pudimos mantenerla con vida durante dos años.
Inuyasha: Pero… No fue suficiente…
Kaede: Tal vez… Su destino estaba sellado. *Volteó a ver al peli-plata quien se había quedado profundamente dormido apoyado en el árbol* Esperemos que la pesadilla haya terminado. *Suspiró*
La anciana siguió repartiendo el alimento entre los niños, una hora después logró visualizar a los chicos en el horizonte y esbozó una sonrisa de alivio, Kagome se sorprendió al ver a Inuyasha dormido fuera de la cabaña, bajó de la espalda de Dai para dirigirse a él, tocó su frente y el peli-plata poco a poco comenzó a despertar, ella sonrió y le plantó un tierno beso en los labios.
Kagome: Qué haces fuera de la cabaña?
Inuyasha: Ya estaba harto de ese lugar, necesitaba salir de ahí. No debiste irte sin decirme. *La reprendió más preocupado que molesto*
Kagome: Era algo urgente y tú necesitabas recuperarte. *Lo vio ponerse de pie con dificultad y ella hizo lo mismo quedando frente a él* Realmente te sientes bien?
Inuyasha: Si, estoy bien. *Sonrió*
Roku: Vaya, Inuyasha, pensé que seguirías con ese feo hueco en tu cuerpo, quería apostarle a Dai quien podía lanzar más monedas a través de ti. *Bromeó*
Inuyasha: Ja ja Muy chistoso, Roku.
Dai: Ven, hay nuevos amigos a los que querrás conocer, a uno en especial.
Roku: “Una” Dai, es una chica.
Dai: Pues no se porta como tal. *Bufó*
Inuyasha siguió la mirada de los gemelos y se topó con una hanyou, aparentaba tener unos 20 años, llevaba puesta una blusa negra remangada un poco más arriba de los codos, unos pantalones de combate color verde oscuro, unas botas militares cafés, su cabello escondido debajo de una gorra militar verde con la cual también escondía su mirada, pero lo que más captó la atención del peli-plata fue su peculiar aroma el cual se le hizo muy conocido, tardó unos cuantos segundos en reconocerlo hasta que por fin logró recordar a quien pertenecía aquella esencia tan familiar, “Naraku” dijo abriendo los ojos desmesuradamente y se acercó a ella.
Inuyasha: Tú! *La tomó del brazo*
¿?: Oye, me lastimas! *Sacó su arma un abanico el cual estaba compuesto por cuchillas demasiado afiladas las cuales acercó al cuello del peli-plata* Creo que deberías de respetar a tus mayores.
Inuyasha: Cómo te llamas? *Preguntó sin prestar atención a esa arma que acariciaba su piel a punto de causarle una herida*
¿?: Mi nombre es Kagura… Es todo lo que necesitas saber.
Inuyasha: Y qué eres tú de Naraku?
Kagura: Naraku… *Masculló* Al parecer ese infeliz es mi padre…
“Tú debes ser Inuyasha” habló un joven youkai de cabello negro y ojos azules, vestía un uniforme militar americano al parecer de un sargento, su piel es morena, su mirada prepotente y su sonrisa confiada “Mi nombre es Koga, soy sargento del ejército de Estados Unidos, enviado para ayudarles a ganar esta guerra” se presentó tendiéndole la mano pero el hibrido solo hizo una mueca nada conforme con lo que apenas había escuchado y mucho menos viniendo de un demonio aunque supiera de antemano que éste estaba de su lado.
Koga: Muy bien, por lo visto no eres nada amigable. *Retiró la mano*
Inuyasha: No veo por qué piensas que tu presencia hará alguna diferencia.
Koga: Pues en primer lugar soy un youkai, no quiero menospreciarte, amigo, pero es obvia la diferencia de poder entre nosotros.
Inuyasha: No me llames “Amigo” Demonio de pacotilla. *Gruñó molesto*
Sus miradas chocaron y todos sintieron la tensión en el aire, “Basta ya, no importa quién es más poderoso, el punto es que tenemos un enemigo en común y debemos concentrarnos en vencerlo” dijo Kagome situándose entre los dos tratando de evitar un enfrentamiento, los hombres bufaron molestos y se alejaron el uno del otro.
Miroku: Bueno, Inuyasha, ellos son Shippo *Señaló a un chico hanyou de cabello castaño rojizo y de ojos verdes que aparentaba unos 15 años* Ginta *Un joven youkai de piel clara, ojos azules de cabello grisáceo excepto por un mechón de cabello negro en la parte de enfrente* y Hakkaku *Señaló a otro joven de aspecto rebelde, ojos azules y cabello blanco*
Sango: Y ellas son Shiori *Vio a una joven youkai morena de cabello platinado y ojos purpuras* Ayame, la novia de Koga, *Señaló a una youkai pelirroja de ojos verdes y piel clara* y por último Karan. *Apuntó a una chica hanyou, su cabello rojo, ojos del mismo color y piel un poco morena*
Roku: Creo que estoy enamorado. *Bromeó*
Karan: No te hagas ilusiones, querido. *Le guiñó el ojo a lo que el chico sonrió*
Inuyasha: Miroku, Sango, ayúdenlos a establecerse, después nos reuniremos para hablar sobre la situación y ponernos al tanto de todo.
Miroku: Bien.
Cada quien se puso a hacer lo suyo, “Deberías descansar y no estar peleando con nuestros aliados” reprendió Kagome a su amante, “Viene a presentarse como si fuera el salvador que tanto esperábamos” refunfuñó Inuyasha, “Si realmente Sesshoumaru murió su ayuda será lo que necesitamos para derrotar a los que quedan” dijo ella abrazándolo, sin embargo al verlo quejarse retrocedió un poco.
Inuyasha: No podemos confiarnos, mucho menos si Hakudoshi sigue con vida, tampoco sabemos cómo van a reaccionar cuando sepan que la hija de Naraku está con nosotros.
Kagome: Por algo está con vida.
Inuyasha: Pudo ser cualquier cosa, no saquemos conclusiones hasta no saber toda la historia.
Kagome: Bien. *Sonrió* Vamos a desayunar, muero de hambre, si?
Inuyasha: Vamos.
Desayunaron y Kagome le contó exactamente todo lo que había sucedido el tiempo en él que estuvo inconsciente, al terminar se reunieron con los otros, escucharon la historia de Kagura quien al parecer había logrado escapar en el vientre de su madre quien llegó a América donde murió cuando ella era una pequeña, fue adoptada por una familia de militares híbridos en su mayoría, fue entrenada y en cuanto tuvo la oportunidad se enlistó al ejército pues uno de los pocos recuerdos que tenía era una carta en la que su madre le explicaba su origen y quién era su padre al cual odiaba a muerte por haberlas abandonado a su suerte y peor aún cuando se enteró de que se trataba de uno de los youkais más peligrosos por los asesinatos en masa que llevaba a cabo en contra de humanos e híbridos como ella.
Inuyasha los puso al tanto, les explicó como solían ser sus enfrentamientos en contra de los demonios y cuan fuertes eran, sobre todo les habló de Sesshoumaru y su grupo de aliados, todos prestaron atención comenzando a planear tácticas para responder a posibles futuros ataques, Kagome estaba esperanzada en que al pelear junto con ellos por fin la pesadilla terminaría
Después de un día finalmente habían logrado encontrar a Kikyo y Naraku, Sesshoumaru había estado demasiado impaciente, había pasado algunas horas hablando con Hakudoshi y otras tantas eliminando a humanos e híbridos a su antojo por pura diversión, había saciado su sed de sangre para al mismo tiempo distraerse de pensar cómo reaccionarían al saber que deseaba marcar a Rin como su hembra.
Estaba en su oficina, se había dejado caer en el sillón, su uniforme estaba cubierto en sangre y en su mano sostenía una copa de vidrio ya vacía, estaba pensando en la chiquilla, tenía muchas ganas de besarla, verla sonreír, de hacerle el amor toda la noche y finalmente clavar sus colmillos en su hermosa piel y dejar su marca en ella por el resto de su vida.
En ese momento alguien tocó a su puerta, no se molestó en levantarse hasta que vio que se trataba de Hakudoshi “Ya llegaron” dijo el menor, Sesshoumaru se puso de pie para luego dirigirse a su escritorio, en cuanto la pareja entró lo miraron y le saludaron con respeto.
Kikyo: Querías vernos?
Sesshoumaru: Esperaba regresar y que Naraku estuviera a cargo de todo en la base. *Miró al youkai y éste se tensó* Ya no importa, no es de eso de lo que quiero hablar con ustedes.
Hakudoshi cerró la puerta y se sentó en el sillón mientras que los otros dos se acomodaron en unas sillas frente al escritorio del mayor.
Kikyo: Y bien?
Sesshoumaru: Necesito saber lo que piensan…
Naraku: Sobre qué?
Sesshoumaru: Quiero marcar a esa chiquilla como mi hembra… *Vio como la pareja se sorprendió por completo*
Kikyo: Debes estar bromeando…
Sesshoumaru: Sabes que yo no bromeo. *Comentó seriamente*
Kikyo: Sesshoumaru! Es una humana! Acaso no lo entiendes?
Sesshoumaru: No puedo resistirme y mis instintos me exigen marcarla como hembra.
Naraku: Yo entiendo muy bien tu fascinación por la humana pero… Qué tan lejos planeas llevar todo esto? Engendrarás un híbrido con ella?
Sesshoumaru: No, al parecer es estéril, así que no habrá ningún problema al respecto.
Naraku: Vaya, eso no me lo esperaba… Pues en todo caso yo no veo inconveniente. *Concluyó con desprecio, dejando sorprendido al mayor aunque éste no lo demostrara*
Hakudoshi: Te lo dije…
Sesshoumaru: Y tú? *Preguntó a su prima quien ahora estaba realmente confundida por la respuesta de su pareja*
Kikyo: Sé que ustedes dicen que es irresistible, pero es una humana… Nosotros asesinamos a su especie, no podemos mantener lazos con ellos, son basura.
Hakudoshi: Sesshoumaru sigue asesinando humanos, solo estamos hablando de una única excepción, solo esa hembra.
Kikyo: No sé, no puedo creer que realmente estés considerando tal idea. *Se levantó de la silla* Lo siento, pero por el momento mi respuesta es no… Pensaré un tiempo, pero no me pidas que la acepte como tu hembra, al menos no ahora.
Sesshoumaru: Tienes tres días para darme una respuesta definitiva, en caso de que sigas sin estar de acuerdo con la idea volverás a la base del oeste.
Kikyo: Pero… Sesshoumaru… *El mayor hizo un leve gruñido que la dejó estática* Bien… *Salió de la oficina y Naraku la siguió*
Hakudoshi: Bueno, al menos Naraku lo tomó mejor de lo esperado.
Sesshoumaru: Así parece.
Hakudoshi: Crees que Kikyo vaya a ceder?
Sesshoumaru: Supongo que no deseará estar separada nuevamente de Naraku.
Hakudoshi: Que bueno que conoces las debilidades de tu prima. *Bromeó* Tenemos otro problema. *Se incorporó ahora sentándose en la silla donde antes se encontraba Naraku* Dos de los grupos que enviamos a enfrentar a los americanos ya no regresaron.
Sesshoumaru: Malditas escorias…
Hakudoshi: Quieres que envíe a Bankotsu?
Sesshoumaru: Envía a Bankotsu y a Naraku.
Hakudoshi: Me parece bien, es hora de que ese holgazán haga algo.
Sesshoumaru: Que curioso, eso no es lo que decías cuando lo convencías al igual que a Bankotsu de irse a “Divertir” en vez de hacer su trabajo.
Hakudoshi: Si, ya entendí, yo también soy un holgazán… A veces…
Ambos se pusieron de pie, Hakudoshi se dirigió a hablar con Bankotsu y Naraku mientras que Sesshoumaru se encargaría de acabar con algunos humanos más y torturar a otros cuantos para seguir buscando aldeas escondidas, estaba seguro de que si lograban encontrarlas y atacarlas su hermano aparecería tarde o temprano.
Luego de otros dos días en la base el peli-plata salió de ahí dirigiéndose a su casa, el que esa chiquilla fuese una humana era una ventaja muy grande pues estaba seguro de que no podía percibir aquel aroma a sangre humana que estaba impregnado en su piel, en cuanto entró vio a Rin quien apenas bajaba las escaleras, se acercó a ella, aún cuando él se encontraba un escalón abajo la diferencia de estaturas era notoria, sintió sus delicados brazos rodeándole el cuello y el youkai rodeó la cintura de su amante con los suyos.
“Pensé que regresaría ayer…” Comentó ella tímidamente, “Estuviste esperándome?” preguntó el comenzando a besar su cuello, Rin asintió levemente, “Buena chica” apremió el demonio antes de apoderarse de sus labios y cargarla en sus brazos, la llevó a su cuarto donde la desvistió mientras se despojaba también de su ropa, luego de unos cuantos minutos de estimulantes caricias y besos se entregaron mutuamente, Sesshoumaru estaba más que convencido, ella era la única hembra para él y pronto se encargaría de hacer todo de la manera correcta.

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